Ese momento que recibes en tus manos una esperada botella de Whisky. Usualmente a horas de la noche cuando tu día ya ha quedado atrás, desvaneciéndose entre las sombras de la faena con sus mil papeles y firmas de burocracias sin final. El ruido de las calles y sus mil pendejos que no saben manejar, en especial los lentos al carril izquierdo. Las yemas de los dedos con el fuego de pantalla del celular... el momento de halarle la cadena a todo el estrés acumulado de ese día.

Buscas tu copa, pones la música, ropa bien cómoda, vaso de agua, comodidad ante todo, ya es hora de iniciar el ritual que empieza algo así: Extraer la botella de su caja, romper el sello, agarre de mano perfecto a la tapón y de repente... ¡corcho roto, lpqtp!

Los que me conocen sabrán que si hay algo que le cambiaría a la industria del Whisky es el uso del corcho, simplemente no hay razón positiva ni productiva que justifique...