¡Hola!
Una de las historias más interesantes para mí, alrededor del año 1540, es la de el Rey Henry VIII, padre de la gran Elizabeth I (La reina Pirata) de Inglaterra. Elizabeth nunca hubiese nacido si Henry no se hubiera divorciado de su primera esposa (la madre de la reina Mary, conocida como Bloody Mary). En esos tiempos no era legal el divorcio.
Henry luchó como por seis años para lograr separarse ya que quería casarse con Anne Boleyn. Fue tanta la lucha que para concretarlo decidió reformar la iglesia de Inglaterra y auto declararse la mayor autoridad religiosa en lo que desde ese momento se convertiría en un país protestante. Todo para oficializar su divorcio que la iglesia Católica no le permitió. Mandó a cerrar casi todos los conventos y a transformar el resto.
Pero no sólo no hubiera existido Elizabeth, sino que tampoco tendríamos la industria del Whisky que nos ofrece Escocia hoy día, ya que los monjes de todos esos conventos que tuvieron que cerrar quedaron sin trabajo y migraron a las tierras altas de Escocia (Highlands) buscando cómo sustentar sus vidas. Al encontrarse con las comunidades agricultoras en las montañas, decidieron enseñarles a producir whisky (Uisge Beatha en esos tiempos) a cambio de casa y comida.
Esto resultó genial para los agricultores ya que cada año tenían un exceso de producción de granos que se echaba a perder, pero ahora gracias a la enseñanza de los monjes transformaban esa pérdida en algo mejor que el dinero: ¡Una bebida no perecedera que no solamente la gente aceptaba como dinero en el trueque, sino que también embriagaba y era divertidísima!
¡Viva Elizabeth y viva el Whisky! ;)
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