La Evolución de un tomador

La Evolución de un tomador. ¿Cuantas copas me habrán acompañado a lo largo de mi historia? Sabemos que los primeros tragos que experimentamos los elegimos por su efecto divertido e intoxicante, comenzando usualmente por la cerveza, el ron o el tequila. Mi trago inicial fue un destilado llamado ‘Seco’, una especie de ron blanco panameño que se suele tomar con jugo de frutas, de esos que vienen en cartón y son muy económicos y llenos de ingredientes artificiales y mucha azúcar. En esos tiempos pedía un ‘seco-piña’, un ‘seco-naranja’, ‘seco-guayaba’, o con cualquier jugo disponible. Luego de eso crucé al famoso cuba libre, o ron cola, que se fue convirtiendo en un ‘pintáo’, que significa que sólo le agregas un chorrito de coca cola, como para ‘pintarlo’ un poco. Mi próxima evolución del trago fue hacia el vodka, el típico vodka-cranberry, y de allí finalmente salté al whisky: ’Sírvame un Old Parr con agua y mucho hielo’. Debo confesar que hasta tuve una época que era Old Parr con Red Bull.

Fueron años flotando en esa modalidad Old Parr, sin prestarle atención en realidad a ese líquido, bebiendo siempre en modalidad ‘diversión’ sin saber que existía otra manera, la ‘apreciación. Aparte de las grandes fiestas e historias generadas, el whisky no aportó nada muy constructivo a mi vida en esos tiempos, fue simplemente alcohol, una trago más. Hasta que un día me obsequiaron una botella de un Single Malt y por respeto a semejante detalle de afecto, decidí tomarla poco a poco y nunca ponerla en mesa al momento de una fiesta. Este fue el comienzo de una mejor manera que tomaría aún varios años más en desarrollarse.

Fue mi primera visita a Escocia la que me llevó a descubrir el verdadero mundo de la apreciación del whisky. Luego de eso, al regresar a Panamá, entré en un largo viaje estudios, de experimentación, probando cientos de whiskies durante los años siguientes, grabando más de 350 episodios o whisky reviews para el canal de YouTube ‘Los Whiskochos’, y realizando incontables catas con whiskies de todas partes del mundo.

Toda esta experiencia tuvo como consecuencia una evolución en mi actitud hacia las bebidas alcohólicas. De pronto ya esa diversión de antes fue totalmente opacada por la belleza que existe dentro del ‘modo apreciación’, cuando aprecias tu bebida ella te aprecia a ti de vuelta y te remunera con mejores sensaciones, mejores conversaciones, un trato más noble al cuerpo, la aparición de nuevas y valiosas amistades, una gran pasión por un nuevo hobbie que en realidad le queda muy corta la palabra ‘hobbie’.

La realidad es que para descubrir los tesoros que brinda el mundo del whisky, el camino se torna muy largo y muy costoso. Hoy puedo decirte con certeza que hay otra manera, que no es necesario ir descubriendo todo de manera individual. Con las personas correctas a tu lado ganarás mucho tiempo, harás tus compras de botellas de maneras adecuadas y desarrollarás el músculo de la apreciación por medio de la evolución de tu paladar.

Como consecuencia a todo esto nació el Whisky Club de La Sociedad, para desarrollar el paladar y el disfrute entre socios y amigos con una gran pasión en común: El Whisky.

Una persona sin el músculo de la apreciación ni el entusiasmo por la materia podría llegar a entender lo que aporta el whisky a un aficionado. Ellos verán un simple líquido, una copa, ‘un trago’, pero seguirán ciegos a las bondades de un paladar desarrollado, a las oportunidades de nuevos vínculos creados, al disfrute de historias de líquidos de antaño y a los momentos de tesoros encontrados.

Encontrar lo que te apasiona es un viaje en sí mismo, y este Whisky Club es un vehículo hacia ello. Hace una semana no hubiese imaginado que hoy (a 36 horas de cerrar la membresía de Socios Fundadores) tendría Socios de 26 distintas ciudades del mundo, de América y Europa.

Todos esos estudios realizados durante la pandemia van dando frutos, no tengo duda que el futuro es para los verdaderos autodidactas.

¡Feliz Viernes!